Democracia Deliberativa

Artículo
"Democracia Deliberativa"


Autora:
Adela Cortina es catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia y directora de la Fundación ETNOR.



En la publicación, Adela Cortina brinda una idea acerca de lo propositivo que sería llegar a establecer una verdadera práctica de la "democracia deliberativa".

Inicia su texto haciendo referencia al término "deliberación" que nació en la vida política antes que en la vida personal. En la cuna de la Política, los atenienses deliberaban en la polis, debatiendo el pro y contras de las decisiones que se iban a tomar, esto para buscar la "balanza", en general acerca de lo junto y lo injusto.

Entonces, la autora define la "democracia deliberativa" como entraña misma de la democracia, porque si ha de ser el demos, el pueblo, el que gobierna, tiene que hacerlo a través de la deliberación, no de la agregación de votos, menos aún de la imposición.

A propósito de los tres medios de gobernar (Deliberación, Imposición, Agregación de Votos) y entendiendo que en la sociedad existe un principio de libertad, los tres caminos para llegar a una decisión común presentan características diametralmente opuestas. Primeramente, la imposición no sería una forma democrática de operar ya que contradice totalmente el concepto; en cuanto a la agregación de votos, lo que decida la mayoría en una votación, no siempre representa las mejores decisiones ya que se debe tener en cuenta que no vivimos en una democracia perfecta, sino que por el contrario el sistema está influenciado por diferentes intereses mayoritariamente económicos, además de la corrupción, el clientelismo y la falta de representatividad presente en las democracias, por no mencionar más factores; y en ese orden de ideas, la alternativa que nos queda seria la mas idónea, o la que a todas luces determinaría que un régimen sea más democrático, la deliberación por la que se pretende establecer un consenso común especialmente en asuntos en donde se debe dar una valoración de justicia

Mediante la deliberación se puede propiciar una transformación en la que las personas pasen de un pensamiento individualista "yo prefiero esto" o "me interesa aquello" a pensar en una sociedad que pueda vivir colectivamente mejor "queremos un mundo en que tal cosa sea posible". Es el paso del "yo" al "nosotros" a través de la formación democrática de la voluntad. 

Desafortunadamente, la deliberación llevada a la práctica es difícil porque requiere de tiempo, y llevada a la práctica política es aún más difícil, pues se necesitaría que los órganos legislativos realicen un intercambio de propuestas argumentadas para establecer acuerdos generales entre grupos amplios de sectores con diferencias ideológicas, sociales, culturales además de los recursos e intereses mediando para construir una voluntad común.

Además, para que ello se dé, es necesario acabar con muchos de los males que afectan hoy por hoy las instituciones democráticas:
"partidos acostumbrados a la deliberación interna, y dispuestos en la externa a no ser "electoreros", a no tomar un punto de vista en cada asunto -el que sea con tal de que difiera del contrario- y defenderlo a toda costa para conseguir votos, generando en cada tema esa "construcción partidista de la realidad", del "conmigo o contra mí", que destroza la vida pública".

Otro factor importante por no decir indispensable para una política deliberativa es la adquisición de la información para que las personas puedan elegir a sus representantes con las bases suficientes para garantizar que su proyecto político tienda al mejoramiento de la calidad de vida de sus representados y lógicamente la toma de decisiones sea coherente con su discurso, además que sea capaz de tomar decisiones comunes para llegar a una voluntad más generalizada.

"Potenciar la deliberación en todos debería ser el procedimiento habitual en la vida cotidiana para decidir con justicia en cuestiones vitales que afectan a todos. Que debería convertirse en costumbre el diálogo de quienes están dispuestos a argumentar y también a dejarse convencer con argumentos, y lo otro, el recuento de votos sin auténtico diálogo, debería ser lo excepcional, no digamos ya la imposición"


BIBLIOGRAFIA

Cortina, Adela. (1997) Democracia deliberativa. http://elpais.com/diario/2004/08/24/opinion/10932984 06_850215.html


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